Los bancos y la crisis mundial / Anthony Sampson.
Tipo de material: TextoSeries Economía y empresaDetalles de publicación: Barcelona : Grijalbo, c1983Descripción: 425 pISBN:- 8425314089
- 332.1
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Libro | Biblioteca Manuel Belgrano | 332.1 S 34220 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible | 34220 |
Título original: The money lenders.
Incluye referencias bibliográficas.
El autor analiza en profundidad el poder y la conducta de los banqueros internacionales Presenta a los grandes Bancos de ámbito supranacional -el Chase Manhatan, el Braclays o el Banco Mundial- no como abstracciones económicas, sino como grupos de personas con su particular visión del mundo, con individualidades tan diferentes como David Rockefeller, Robert McNamara o las familias cuáqueras del Barclays.
Anthony Sampson describe los efectos de las distintas políticas bancarias sobre los países a quienes prestan miles de millones de dólares y explica de que manera la búsqueda de beneficios por parte de los banqueros les conduce a transformar el mapa económico del mundo. Analiza como Rockefeller apoyó al sha en el exilio, precipitando la congelación de los depósitos iraníes; cómo el Barclays Bank respaldó la política del apartheid en Sudáfrica; cómo los sindicatos de banqueros despilfarraron millones en Zaire e Indonesia; y cómo prestaron dinero a Polonia sobre supuestos falsos, dejando a los polacos atrapados en deudas de imposible redención. El autor demuestra que desde sus mismos comienzos los bancos se vieron ligados a los pro- blemas de las naciones en vías de desarrollo: los Médicis en Inglaterra bajo Eduardo IV, los Rothschild en la Europa decimonónica, y los Baring en Estados Unidos y Argentina. Contempla el vasto abanico de los países de nuestros días, desde Brasil hasta Corea, desde las Filipinas hasta Turquía, y los intentos cada vez más decididos de organizar la ayuda a los países en vías de desarrollo a través de los gobiernos y del Fondo Monetario Internacional. En el último capítulo afirma que los estadistas occidentales, a la vista de las montañas de deudas, habrán de tomar medidas drásticas para salvar del desastre al Tercer Mundo.
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