El tema que unifica estos ensayos es el doble papel de los intelectuales liberales norteamericanos, quienes representan una sociedad que ha llegado a una riqueza y poder incomparables y comparten, a la vez, el uso de ese poder. Chomsky señala que, en cierta forma, el aumento de ese poder o de la esperanza de obtenerlo, por parte de los intelectuales corre paralelo al ascenso del bolchevismo y muestra cómo los nuevos mandarines han construido una ideología para justificar su pretensión al poder, distorsionando con ese fin la realidad histórica y política. El libro muestra, en suma, el enorme peligro que, para la vida civilizada, significa un poder sin contenido moral.