Una sociedad cada vez más digitalizada implica el registro de la actividad humana y el seguimiento de productos y procesos. En el sector agroalimentario esto da lugar a grandes cantidades de datos. Al mismo tiempo, también se generan datos para la investigación y la experimentación científica. Existe un interés creciente por las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA) en el sector agroalimentario para extraer o explotar la información que puede detectarse en estos conjuntos de datos. Los algoritmos de inteligencia artificial, y los modelos derivados de ellos, se utilizan como sistemas de apoyo para una mejor toma de decisiones o, en algunos casos, se implementan en procesos de control automático y robótica, para aliviar las tareas penosas. En este estudio se describen la detección y la recopilación de datos en distintos sectores agroalimentarios, y cómo los datos pueden conducir a una mejor gestión y a una mejor toma de decisiones en la producción agrícola y animal. Como ocurre con otros avances tecnológicos, la IA en este ámbito conlleva su propio conjunto de beneficios, riesgos, cuestiones éticas e implicaciones sociales. Entre las cuestiones que se plantean con respecto a la IA figuran las siguientes: cómo equilibrar los beneficios potenciales frente a los posibles riesgos; cómo regular el uso de estas tecnologías; y cómo incorporar consideraciones de valor socioético a los marcos políticos y jurídicos en desarrollo. Las políticas de formación y educación tienen que apoyar a los usuarios potenciales.